
Imagínate, por una parte inegi, en su escrutinio de 2019 versus el 2020, identifica que de las 4´900,000 empresas PYME en México, sólo han sobrevivido 3.9 millones, esto indica un 20% de PYMES quebradas, un millón de empresas que tuvieron que bajar la cortina, por otra parte, de los 61.3% de empresas que solicitaron algún apoyo fiscal al gobierno, sólo les fue otorgado a un poco más del 5%, esto habla que no podemos esperar ayuda externa y menos del gobierno que ahora más bien, realiza una persecución fiscal. Los empleados que aún no han perdido su empleo, trabajan con salarios más bajos y con menores prestaciones.
Esto nos conduce a los empresarios y emprendedores a buscar incrementar, si o si, la productividad y rentabilidad de nuestras empresas, sin embargo, observo el estudio de Espinosa Yglesias que dice que en México sólo el 1% de los empleados tienen desarrollo de habilidades profesionales, en términos de capacitación técnica, el 42 de las empresas proporciona este tipo de preparación.
Aún así, entre 2021 y 2022 se han creado 443,000 empresas. Eso es valor a la mexicana.
Y me parece maravilloso que tengamos ese impulso, pero es momento de hacerlo bien desde la primera vez.
Es decir, sabiendo que el personal capacitado trabaja mejor, incrementa 32% su productividad, que la situación económica es cuesta arriba y que el COVID aun no nos da respiro, seguimos, algunos, necios en no capacitar.
Recuerda, es más caro el personal in-productivo que capacitar.